Este cambio en la promoción de curso es similar al que se aplica en las universidades, y responde, según Educación , a la necesidad de «flexibilizar» la posición de los alumnos que se mueven entre el aprobado y el suspenso. «El objetivo es estimular a aquellos estudiantes para que no abandonen el instituto de forma precipitada», justificó el secretario general de Universidades, Alejandro Tiana.
Plazos
Con este nuevo sistema, un estudiante que haya suspendido cinco asignaturas de las diez que cursa en primero de Bachillerato, por ejemplo, puede pasar de curso y matricularse en aquellas materias que no superó, más las nuevas a impartir el segundo ciclo hasta completar su jornada. De esta manera, el alumno puede consolidar sus resultados y no tiene que repetir el curso en su totalidad. En el caso de las materias que se imparten en dos módulos (por ejemplo, Latín I y II) el alumno no se podrá matricular en la segunda parte de la materia si no ha aprobado la primera. El proyecto de ley mantiene en cuatro años el plazo máximo para que un estudiante apruebe el Bachillerato en su totalidad. En caso contrario, tendría que abandonar los estudios y se le cerraría una puerta para entrar en la universidad.
En cuanto al horario, destaca que el aumento de las horas destinadas a los contenidos mínimos para las materias troncales, que llega hasta las 540 horas frente a las 420 y 450 que marcaron los anteriores planes de educación.