ALFONSO VÁZQUEZ Hay malagueños cuya postura en defensa de su ciudad puede considerarse numantina, lo que les acarrea problemas de visión. Considerar que Málaga es lo mejor del mundo es muy loable, sobre todo para la promoción turística, pero también es cierto que de haber nacido en otra ciudad, estas personas habrían sostenido lo mismo.
La postura más adecuada sería la de aceptar la realidad y tratar de mejorarla, entre otras cosas con un poco de espíritu crítico. Es el mismo que a un servidor le lleva a sostener que Málaga sigue siendo en términos generales una ciudad cívicamente subdesarrollada, aunque cueste admitirlo.
Ni el PTA ni los móviles de última generación, ni siquiera la capitalidad cultural o eso tan raro llamado ´Málaga Valley´ han conseguido espabilarnos como ciudadanos modernos y civilizados. Estamos a años luz de cualquier sueco de aldea y muy próximos a esos malagueños del pasado, espoleados por epidemias, desbordamientos del Guadalmedina y prácticas antihigiénicas.
Pero a veces, surgen minorías que se rebelan ante espectáculos del ´inframundo malaguita´. Es lo que ha hecho un grupo de vecinos de la Malagueta, a la vista del lamentable estado de su barrio tras el desmadre de la Noche de San Juan, a la que habrá que ´renombrar´ la Noche del Orgullo Chusmón.
Ya comentamos aquí hace unos días la similitud que año a año adquiere esta celebración con las prácticas alcohólico-tribales de la Feria del Centro. Gritos, ´gomitaúras´, la danza del fuego, el paso de la infancia a la adolescencia etílica, defecaciones humanas en la arena… todas estas demostraciones de estulticia nos retrotraen a las primeras investigaciones de Darwin sobre el origen del Hombre y las dudas sobre la capacidad craneal de algunos de nuestros antecesores.
La carta de protesta de los vecinos, que se está distribuyendo por internet, no tiene desperdicio, al contrario que la Malagueta un día después de la orgía chusmeta. Cualquier parecido de esta playa con el estercolero de los Ruices es pura realidad y fe de ello dio la noche del pasado miércoles un documental de Televisión Española sobre los chiringuitos, que culminó con una fiesta del detritus en nuestro litoral. Un broche promocionalmente lamentable para la imagen de toda Málaga.
Por todo ello, estos vecinos de la barriada de la Malagueta critican la "irresponsabilidad" del Ayuntamiento por dar tantas facilidades a los energúmenos y subraya lo "sangrante" que resulta utilizar los recursos municipales para limpiar un escenario que acaba "lleno de meadas, vomitonas y basura".
Igual que existe el Día del Espeto, reclaman que algún día llegue a Málaga "el día del Respeto" y confían en que la próxima noche de San Juan "no tengamos que marcharnos de esta ciudad".
La cuestión es si el Ayuntamiento controlará o suprimirá el desmadre o si se dejará domar por los reclamos etílicos de la masa beoda.
Fuente: La Opinión de Málaga