Cuando observamos atentamente las diferentes manifestaciones del Flamenco, se puede vislumbrar que posee algo que lo caracteriza, un elemento oriental que sólo se puede dar en la geografía española, en la península ibérica, posee un cruce entre las músicas de occidente y oriente, no hay que olvidar que aquí se mezclaron las diferentes culturas musicales, la bizantina, la cristiana en auge aquellos primeros años del cristianismo, a partir del siglo VI, después las invasiones árabes que traerían las nubas, la célebre música andalusí con sus medios tonos, tan característicos de los cantes de la zona del levante.
Hoy día podemos llamar flamenco a todos los cantes, ritmos y bailes creados en España, mediante la fusión de elementos determinados del folklore bizantino, cristiano, morisco, judío, árabe, oriental, negro, gitano, el folklore popular, los fandangos de cada región y las viejas tonadas, con la expresión modal y musical de los sentimientos de la persona que lo ejecuta y el melisma.
Bajo este marco de influencias culturales tan diversas, Manuel Iglesias Segura, apoya su segundo libro "Badajoz, ciudad flamenca: su historia y protagonistas", editado por El Área de Cultura de la Diputación de Badajoz.
Manuel Iglesias cuando investigo para su anterior libro " La Barbería de las Sonantas" observo esa historia del flamenco en Badajoz y decidió investigar sobre los orígenes y las raíces flamencas en el marco pacense, mostrándonos esos vestigios e influencias culturales que confluyeron en Badajoz y fraguaron su flamenco, así, el palacio santuario tartesico de Zalamea de la Serena, el imponente Teatro Romano de Mérida o la hermosa Alcazaba de Badajoz, son algunos de los vestigios que demuestran esa raíz, pero Manuel Iglesias Segura, busca los nexos de unión de los antiguos Romances con la ciudad de Badajoz en los estudios del músico e investigador pacense Bonifacio Gil, contrasta la presencia de los Judíos y su cultura musical con "La Aljama" judía de Badajoz, hace un seguimiento a la presencia del esclavo negro y profundiza en los elementos decisivos de formación del flamenco los Gitanos y Los Moriscos.
Tras ese primer apartado sobre los orígenes flamencos en Badajoz, Manuel Iglesias Segura, profundiza en la época teatral de Badajoz y en su ópera flamenca, no en vano fue quien nos traslado en su primer libro a ese café-cantante que el gran Silverio, que para Manuel iglesias marco sin duda la edad de oro del flamenco en la ciudad pacense.
Así pues la presencia de los más notables artistas flamencos de la época y esa raíz tan presente de otras culturas que posee la provincia de Badajoz, sustentan que la historia del flamenco en Badajoz es paralela a la de cualquier ciudad de Andalucía.
El libro finaliza con un retrato de esos artistas que han florecido en Badajoz.
En definitiva, Badajoz es una ciudad flamenca, su historia y sus protagonistas dan fe de ello.