. Respirar Jerez es vivir el Festival con la pasión de una italiana, la curiosidad de una japonesa y la intensidad de una alemana, porque, aunque llegan visitantes de cuarenta y tres países,son ellas las que más se hacen notar entre todas las que llenan cada noche, de belleza distinta y lenguas distantes, el hall del Villamarta. Respirar Jerez es vivir una primavera adelantada que te dura todo el año.
El espejo donde miras, te dirá cómo tú eres… Dice la copla que cantaba por soleá personal El Niño de Barbate. Y eso le ocurre al Festival de Jerez, que el espejo donde se mira lo refleja como el mejor festival de baile del mundo. Por eso quizá, traspasados sus primeros veinte años, encara la nueva veintena ya consolidado como el mejor escaparate de baile flamenco y danza española, que son sus señas de identidad, aunque siempre abierto a nuevas propuestas de flamenco contemporáneo. Y, aunque se pudiera pensar lo contrario, por su elevado número de propuestas escénicas, fueraparte la completa programación oficial de las Peñas Flamencas, que cada día abren sus puertas para que los que prefieren rematar la sobremesa (este año había sesiones a las cuatro y media de la tarde) o la noche en la intimidad del cante, o en otros escenarios de la ciudad, como La Guarida del Ángel y distintos tabancos como El Pasaje –que han mantenido un excelente programa diario-, no es un festival sólo de espectáculos, sino que mima su área formativa y cuida sus actividades complementarias.
Y éstos son sus pilares fundamentales: buena gestión, buena formación, espectáculos de calidad media alta y una digna agenda cultural. Los cursos del Festival son una de sus columnas principales, por cuanto el número de asistentes es muy alto –rondando las mil alumnas- gracias a la calidad del profesorado –están los mejores- y al atractivo en sí del propio Festival que facilita la asistencia a los espectáculos. Y, por supuesto, de la propia ciudad que llena de flamenco espacios ajenos a la organización del Festival, pero muy presentes en el convivir diario de las miles de personas que allí nos congregamos durante quince días.Dentro de la agenda cultural, en esta edición destacamos las exposiciones “Angelita, Baile y Magisterio”, en homenaje a la bailaora jerezana Angelita Gómez, “Bailaoras”, obra fotográfica de Paco Sánchez y “Flamenco y diseño”, trabajos realizados por alumnos de la Escuela de Arte sobre la marca “Flamenco de Jerez”.
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Isamay Benavente |
Ya en la recta final de la presente edición, su directora, Isamay Benavente –felicidades a ella y a su magnífico equipo-, se mostraba satisfecha, en una entrevista de Paco Sánchez Múgica en la Vozdelsur.es, porque el “Festival de Jerez está en un momento dulce”, aunque añadía: “Echo de menos una gran marca patrocinadora”. Y eso, seguramente obedecía a las dificultades vividas y solventadas finalmente gracias a los recortes que, aunque no se han notado de manera intensa, sí es cierto que han afectado. Las subvenciones que el Gobierno central y la Junta de Andalucía han caído del orden de un 70 y un 60%, respectivamente, en la última década. Isamay Benavente evalúa los daños poniendo el foco en otras soluciones financieras que apuntan al público y al patrocinio privado: “Agradezco a las administraciones que están presentes porque no puedo hacer otra cosa. Pero está claro que ya los proyectos para consolidarse van a tener que contar con un respaldo muy potente del público y de lo privado, ya no van a volver esos tiempos en los que se sostenían con fondos públicos. Hace falta más apoyo privado porque eso todavía es demasiado mínimo para el momento que vive el Festival. Echo en falta una gran marca, multinacionales con trayectoria internacional o con proyección en Suramérica. El Festival recibe a gente de todo el mundo y está en un momento dulce. Y para eso seguimos llamando a puertas y dando las cifras, que son muy importantes. Eso hay que seguir trabajándolo y esperando que pongan la mirada algunas de estas grandes marcas en el Festival para poder consolidarlo". En otro sentido, afirma estar "muy contenta por la gente que viene y por la fuerza de la taquilla (más de 34.000 espectadores), que sigue creciendo, y sigue dándonos un impulso muy potente".
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Carmen Linares |
Artísticamente hablando, la calificación media es alta; sin que con esto queramos decir que la aprobación haya sido general para las muchas y variadas propuestas presentadas. Aunque, a fuer de sinceros, hemos de afirmar que los espectáculos triunfadores han sido los de flamenco clásico. Así, en la bodega “Los Apóstoles” de González Byass, destacamos la presencia de Carmen Linares y Mayte Martín, que dejaron emocionantes muestras de su grandeza y su sabiduría. También, en el mismo escenario tuvo lugar el espectáculo, “Jerez a Caballero Bonald”,con direccióndel cantaor jerezano David Lagos, en el que estuvieron Manuel Moneo, Vicente Soto “Sordera”, Tomasa Guerrero y David Lagos, en el cante, Paco Cepero y Alfredo Lagos, en la guitarra, y Rosario Montoya “La Reina Gitana”, al piano. Mientras que en la Sala Paúl, el éxito fue para la jerezana Melchora Ortega, que acompañada de su marido David Lagos y la bailaora Isabel Bayón, ofrecieron un “music-hall” flamenco, variado y divertido, durante dos días en sesiones diferentes. Sin embargo, la propuesta de espectáculo minimalistade Marco Flores, que también se hubiera merecido otro escenario, no es sinouna grandiosa lección de baile flamenco clásico que obtuvo un rotundo triunfo, en el que la voz de Mercedes Cortés y la guitarra de Jesús Núñez brillaron con luz propia.
El Palacio de Villavicencio, dentro del ciclo “Los Conciertos de Palacio”, ha tenido un papel relevante en los días que ha abierto sus puertas: por él pasaron en distintas fechas Manuel Moneo y Carrasco Maloko, José de los Camarones y Manuel Fernández “El Borrico”, Antonio Agujeta y Juan Lara, y Luis Moneo. Sin embargo, Antonio Malena “El Malena”, que tuvo a su mujer, la bailaora María del Mar Moreno, como artista invitada cantó en la Sala Compañía. Como se puede comprobar la presencia de artistas de Jerez, en este y en otros escenarios, ha sido muy notable.
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Rosario Toledo |
Dentro del ciclo “Toca Toque”, en la Sala Paúl con lleno en cada espectáculo, destacamos el concierto de Manuel Valencia “Entre mis manos”, “Calma” de Jesús Guerrero, con invitados de lujo como el bailaor Antonio Molina “El Choro” y el cantaor Miguel Ángel Soto “Londro”, y el concierto de Manuel Parrilla con Dolores Agujetas y Juan Parrilla, como artistas invitados. En este mismo espacio escénico señalamos dos espectáculos del ciclo “De La Frontera” protagonizados por dos formaciones cuya música está en los límites de lo que es flamenco. Camerata Flamenco Project presentó con éxito ”Encuentros de vanguardia” con el bailaor Alfonso Losa y el cantaor Antonio Campos, como invitados; y Ultra High Flamenco–con la nueva incorporación del guitarrista José Manuel León- acompañados de la gran Rosario Toledo, como artista invitada, que dejó muestras de su ingenio y su maestría bailando de manera singular e inesperada.
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Ballet Flamenco de Andalucía |
De lo visto en el Teatro Villamarta, Rafael Estévez y Valeriano Paños, al frente del Ballet Flamenco de Andalucía, agradaron con su nueva obra sobre la figura del gran Silverio Franconetti, que en realidad fue como una excusa para reivindicar su propio concepto de la danza española y flamenca.Sin embargo, Joaquín Grilo y Antonio Canales triunfaron bailando flamenco clásico. Su espectáculo, “Soniquetazo”, es el resumen artístico de dos estéticas, dos estilos, dos expresiones. De dos grandes bailaores.
La bailaora granadina Fuensanta “La Moneta” se nos puso mística recordando la poesía de Santa Teresa de Jesús, bailando bien, pero todos muriendo de amor y ganas por ver a La Moneta que más nos gusta.También, la sevillana María Pagés, nos ofreció su baile flamenco para poemas emocionantes, que, sin embargo, nos pareció un espectáculo lento y frío en el que todo gira en torno a ella.
De manera distinta y distante, también giró todo alrededor de la bailaora de Jerez Manuela Carpio que, “Al compás con su gente”, triunfó ante su gente. O dicho de otro modo, triunfó ante el “todo Jerez” en su debú en el Festival.Y en esa línea de baile racial, Farruquito, acompañado de su familia y un atrás muy conjuntado y sabiendo su papel, rindió un sentido homenaje a su padre con el conocido espectáculo “Baile Moreno”; y el baile de la casa de los Farrucos fue aclamado en Jerez. Igual que en otros lugares, el triunfo fue apoteósico. La fama es la fama. Y su público lo idolatra.
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Rojas y Rodríguez |
Otras son, empero, las formas de los bailarines Rojas & Rodríguez que ofrecieron un vistoso espectáculo para celebrar sus veinte años sobre el escenario, en el que estuvieron muy bien acompañados por el baile de Mayte Bajos, Ana Agraz y Natalia Fernández que llenó de colorido flamenco el escenario del Villamarta. Sin olvidar que el cante jondo de la esteponera Rocío Bazán y la jerezana Chelo Pantoja contribuyeron al éxito de la compañía.“Claroscuro”, en fin, es un intento fallido de contaminar el flamenco con la música electrónica, que, no obstante, tuvo dos momentitos de gloria en el baile de Ángel Muñoz y el cante de Miguel Ortega salvando cuasi un espectáculo anodino y cargante en el que el sanluqueño Diego Villegas (saxo, clarinete, flauta y armónica) lució su cuádruple talento musical entre tanto ruido.
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Patricia Guerrero |
De lo que nos gustó más, destacamos la obra “Catedral”de la gran bailaora granadina Patricia Guerrero, un excelente espectáculo de baile flamenco en el que todos estuvieron a la altura de una categoría artística que raramente disfrutamos.De esta “Catedral” que la joven bailaora granadina reestrenaba en el Festival de Jerez, después de triunfar en la Bienal de Flamenco de Sevilla, lo primero que nos llama la atención es el adecuado tratamiento que se da a la luz y la escenografía inquietante y silenciosa, llena de detalles y de simbologías místicas. Un marco escénico que ayuda a la solemnidad de toda la obra. Lo segundo, la dirección escénica y las coreografías bien diseñadas y perfectamente colocadas sobre el proscenio. Lo tercero, la guitarra del gran Juan Requena y el cante de José Ángel Carmona, dos profesionales sin cuyo concurso el resultado final sería bien distinto. Y en cuarto lugar, el vestuario de época exento de lunares y detalles tópicos, elegante y vistoso aunque no sé si cómodo para el baile flamenco.
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Olga Pericet |
Igualmente, hay que nombrar a Olga Pericet, “La espina que quiso ser flor o la flor que soñó con ser bailaora”,que sorprendió de nuevo y llenó el Villamarta de sueños y olores flamencos. Lo que vimos la noche del Día de Andalucía es una nueva búsqueda de la artista cordobesa, en esa lucha constante que le acompaña desde siempre por investigar en las formas del baile flamenco. Y en cada nuevo proyecto que nos ofrece nos sorprende más. En esta última entrega, sola ante el peligro, se enfrenta a su pasado de forma onírica, recorriendo su trayectoria vital desde la niña que soñaba con ser bailaora hasta la mujer libre de hoy, una de las más grandes bailaoras del momento.Uno de los momentos más emocionantes y de más tensión flamenca llegó con la soleá al estilo de Marchena, que interpretó magistralmente Miguel Ortega, a la que Olga hizo un monumento.
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Alba Heredia |
Así mismo, la jovencísima Alba Heredia, “En Estado Puro”, convenció y triunfó en Jerez con un sencillo espectáculo de baile flamenco clásico en el que derramó talento, esencia y arte ante un público emocionado. La puesta en escena, muy flamenca, estuvo arropada por un gran elenco de cantaores y músicos que contribuyeron al gran éxito obtenido por la bailaora granadina que sueña con ser -y lo será si no le tuercen el camino- la nueva reina del Sacromonte. El cambio de escenario –obligado por la suspensión del espectáculo de Rocío Molina, que tuvo que ser operada de urgencia- de la Sala Compañía, mucho más pequeño, al Teatro Villamarta, reservado a los grandes espectáculos, no fue óbice para que Alba Heredia se adaptara –sin apenas tiempo, pues venía de actuar en Rusia- y reorganizara su propuesta escénica, aunque es cierto que no fue determinante, pero el cambio de última hora influyó. Sin embargo, la prometedora bailaora granadina supo ver su oportunidad y salió ganando.
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“El Encuentro”de David Coria |
También hemos de rotular como otro de los triunfadores indiscutibles a David Coria en “El Encuentro” con el mejor baile flamenco. Un espectáculo sincero y festivo, con momentos de emoción, que colmó las expectativas del público, donde las historias narradas sirven de pretexto para una obra que el bailaor y bailarín estrenaba en el Teatro Villamarta, con Ana Morales como invitada, y un cuerpo de baile, magnífico y muy bien coordinado, que incluye, además, a Florencia Oryan, Paula Comitre y Rafael Ramírez. Sin olvidar las guitarras de Jesús Torres –afortunado autor de la música- y José Luis Medina, el cante de Antonio Campos y El Londro –siempre correctos- y la percusión de Daniel Suárez que siempre sonó a compás y añadió ritmo sonoro al espectáculo.
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Pastora Galván |
Pastora Galván, artista y bailaora, también se apuntó un triunfo ante un Villamarta rendido a su arte con un espectáculo que resume su trayectoria. “Mírame” está lleno de momentos y recursos escénicos y de baile que nos recuerdan a su hermano Israel Galván, que no en vano aparece en los créditos como ayudante de la dirección. El cantaor Jeromo Segura, cuyo sorprendente papel de cantante de cabaret –aunque no se pudo resistir a cantar unos fandangos de Huelva con ese inconfundible dejillo de Alosno-, es fundamental y se nos descubre como un artista de variados registros que no pasaron desapercibidos y fueron muy aplaudidos por el respetable. Desde el mismo principio del espectáculo, nos propone Pastora Galván un recorrido a su manera por la decena de años que lleva al frente de una compañía propia, con la que nos ha ofrecido obras siempre interesantes, aunque a veces no fueran comprendidas del todo. Fue el caso de “La francesa”, que estrenara en Sala Compañía. Pero también de otras propuestas como “Pastora”, “Moratana” o “Identidades”. Pero, entonces como ahora, todo el epicentro bailaor y artístico está en la bailaora sevillana, siempre atrevida, siempre provocadora, pero nunca sin una razón de ser.
En fin, la clausura de esta edición fue para el espectáculo “Así que pasen veinte años” del bailaor jerezano Antonio “El Pipa”. “La comunión perfecta. La historia de Antonio El Pipa es la historia del Festival de Jerez y la historia del Teatro Villamarta. Unos se han alimentado de otros y otros de unos, hasta forjar una compañía que, por encima de todo, ha paseado por el mundo entero el nombre de Jerez. Pero, por desgracia, el tiempo pasa deprisa, como nos descubrió Miguel Ángel González en la antesala del espectáculo con un montaje de imágenes de estos últimos veinte años. ¡Cuántos momentos, cuántas cosas me recuerdan que…!, que diría El Torta.” Escribía con acierto y un pellizco de nostalgia, quizá, Fran Pereira en el Diario de Jerez.
Es una verdad eterna. Pasarán otros veinte años. Y algunos iremos espaciando nuestra presencia sin que se nos eche de menos. Y llegarán los más jóvenes con renovadas opiniones y distintos conceptos y visiones del arte flamenco. Si al ayer es imprescindible, el presente es esplendoroso y lo por venir se anuncia hermoso. Y mientras preguntamos por los que ya no están dejaremos de ver la emoción de aquellos artistas que son leyenda del Festival. Y recordaremos siempre a los que fueron pioneros, a pesar de todas las dificultades, y siguieron adelante para que el Festival fuera lo que hoy es… Pero, todo eso sucederá cuando ya la ilusión esté haciendo el paseíllo de despedida, cuando los sueños hayan abandonado el escenario. Cuando las luces se apaguen y las palmas a compás dejen de sonar. Y aún así, como cada año, seguiremos soñando con volver para respirar Jerez.